Dos vehículos blindados del Ejército del Aires Español llevarán los nombres de Baratero y Jaquetón, dos ‘victorinos’ históricos. La iniciativa parte de Francisco Javier, un subteniente del Ejército del Aire, que en estos momentos se encuentra de misión en Afganistán. El militar se puso en contacto con el ganadero Victorino Martín a través de esta web el pasado 18 de febrero. En su email hablaba de su afición a los toros y de que de joven llegó a hacer “sus pinitos como becerrista y, más tarde, como vaquero”. Contaba, además, la admiración que siente por la divisa de Victorino, gracias a la que, según sus propias palabras, ha vivido “algunos de los momentos más felices de mi vida”. Y pone como ejemplo el indulto de Velador en Las Ventas, del que fue testigo.
Francisco Javier pertenece al equipo ‘Bullfighters’, que traducido al inglés quiere decir ‘Toreros’. Es un indicativo “que nos puso la OTAN”, asegura el subteniente, “como somos españoles”. Este equipo se dedica a labores de control aerotáctico, que consiste en el control de los aviones caza encargados de defender a las patrullas si éstas son atacadas. Puesto que “un torero sin toro no es nada –dice Francisco Javier en su mail- se me ocurrió poner a dos vehículos los nombres de dos toros, pero no de dos toros cualquiera, dos ‘victorinos’”. Por este motivo, aprovechando la entrada de nuevos vehículos blindados, solicitaba a Victorino Martín que fuera él quien decidiera los nombres con los que serían ‘bautizados’. No fue una decisión fácil pero, tras meditarlo, el ganadero decidió que fueran Baratero y Jaquetón. El primero fue el primer ejemplar de la divisa premiado con la vuelta al ruedo en Las Ventas. Lo lidió Andrés Vázquez el 10 de agosto de 1969 en quinto lugar y se fue para el desolladero sin las dos orejas. El toro, que estaba herrado con el número 51 y pesó 510 kilos, se arrancó al caballo cuatro veces desde los medios y fue muy completo en la muleta. Por su parte, Jaquetón, herrado con el número 18, fue lidiado el 13 de mayo de 1975 en Las Ventas, en tercer lugar. Su matador, Miguel Márquez, perdió los trofeos por fallar con la espada. El ejemplar fue premiado con la vuelta al ruedo y se le concedieron todos los premios correspondientes al toro más bravo de la feria de San Isidro de ese año.
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